[Quetzaltenango, Guatemala, 1982]

 

Poeta, editor y gestor cultural, director y fundador de Asociación Metáfora, Metáfora Editores y del Festival Internacional de poesía de Quetzaltenango, ha publicado los libros de poesía No somos los mismos, en 2011, Solamente el cielo, en 2012, El tiempo no se vende, en 2014, Las raíces de la nostalgia, en 2017 y El hábito de buscar la ternura, en 2017. Sus textos han aparecido en revistas y antologías de México, Centroamérica, Colombia, Cuba, Ecuador Estados Unidos, Brasil,  España e Italia. Varios de sus poemas han sido traducidos al inglés, portugués e italiano. Ha participado en festivales,  encuentros de poesía en varios países de América Latina y en proyectos culturales.

Poemas

Esta es la profecía: 

 

llegará el tiempo en el que la ternura 

habitará también

en el caos 

llegará la palabra que fue dicha

y cabalgará por las calles 

que abandonamos sin poner resistencia  

llegará el miedo 

y tendrá la figura de un pájaro 

y con el miedo vendrá la muerte

y entre sus gélidas manos

traerá un puñado de tierra

que guardará dentro de nosotros 

y en ese puñado sembraremos 

el asombro

y la memoria 

de estos días extrañamente 

hermosos. 

 

(Inédito)

¡Viva Malacatán! 

rincón  donde el ángel de la muerte se afincó para siempre 

Vivan cada uno de sus muertos y las agonizantes almas que caminan entre la malaria, el chikungunya y el coronavirus

¡Viva Malacatán! 

sus caminos verdes

Sus frutos tropicales

sus árboles gigantes y los pájaros que en ellos anidan 

¡Viva Malacatán! 

y sus niños desnutridos

Vivan también sus niñas amenazadas por los ojos de esa bestia salvaje que se pasea tranquilamente por todos lados

Vivan las casas a la orilla de la carretera 

Vivan los comales ardientes

La leña apilada

la carne colgada

¡Viva Malacatán! 

y sus 39 grados centígrados 

Viva su sol asfixiante 

Y el reflejo del volcán Tacaná 

¡Viva Malacatán! 

y su frontera: puerta cerrada para siempre 

Vivan las ganas de largarnos lejos

Y no volver ni siquiera en recuerdos

¡Viva Malacatán, carajo!

 

(Inédito)

Qué lejos quedas en la memoria

Panzós, palabra hecha de tierra y flores que pocos se atreven a nombrar 

¿Cuánto odio se necesita para silenciarte? 

¿Cuánto dolor puedes resistir? 

hay muchos ojos sin cerrarse

miran de lejos

escondidos entre los árboles  

a veces 

se confunden con piedras o animalitos inquietos 

hay muchos ojos sin cerrarse 

están a la orilla de los caminos 

enraizados entre el dolor y el olvido 

Panzós

esos son tus ojos 

piden en silencio 

una ofrenda

y el estrepitoso sonido del rayo 

que borre por fin 

El eco que dejaron las balas: 

Avispones de la muerte que estremecieron el corazón de la montaña 

Panzós

¿Cuánto hay que caminar para encontrarte? 

 

(Inédito)