XI FIP, FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESIA DE BUENOS AIRES
En el CCK y en espacios de la ciudad

“El artista existe porque el mundo no es perfecto. El arte no sería útil si el mundo fuera perfecto, así como el hombre no buscaría la armonía si simplemente viviera en ella. El arte nació de un mundo que ha sido diseñado enfermo.”
[Andréi Tarkovski, cineasta ruso]
linea_n

Esta XI edición del Festival Internacional de Poesía de Buenos Aires se complace en recibir a poetas de nuestra Argentina y de países como Bolivia, Chile, México, Brasil, Portugal, España, Italia, Canadá, Dinamarca, Holanda, Suecia, Turquía, Japón, Corea del Sur, India y la participación, por primera vez, de Rusia y de Líbano.

La XIa edición está dedicada a uno de los autores más destacados de la literatura del siglo XX, Jorge Luis Borges, al coincidir con su muerte, hace 30 años, un 14 de Junio de 1986.

“La poesía no son los libros en la biblioteca”, dijo Borges. La poesía es el encuentro del lector con el poema. Y detrás de ese poema hay un poeta que lo concibe, lo descubre, lo inventa, o quizás lo ‘recuerda’. En estos festivales poeta y poema se nos presentan juntos, vivos y palpitantes, y nosotros como lectores-oyentes presenciamos esa creación.

En este encuentro poético se produce también la magia que es la integración de la poesía con otras artes y con otras maneras de decir el poema.

Gracias a cada una/o de los poetas y artistas que nos acompañan por la colaboración y el entusiasmo que han puesto. Sus distintas tonadas e idiomas diseñarán el laberinto, tan al gusto de Borges, en el que en estos días nos perderemos y reencontraremos guiados por el hilo de oro de la poesía en sus múltiples apariciones.

LÍMITES
por Jorge Luis Borges

De estas calles que ahondan el poniente,
una habrá (no sé cuál) que he recorrido
ya por última vez, indiferente
y sin adivinarlo, sometido
a quien prefija omnipotentes normas
y una secreta y rígida medida
a las sombras, los sueños y las formas
que destejen y tejen esta vida.
Si para todo hay término y hay tasa
y última vez y nunca más y olvido
¿Quién nos dirá de quién, en esta casa,
sin saberlo, nos hemos despedido?
Tras el cristal ya gris la noche cesa
y del alto de libros que una trunca
sombra dilata por la vaga mesa,
alguno habrá que no leeremos nunca.
Hay en el Sur más de un portón gastado
con sus jarrones de mampostería
y tunas, que a mi paso está vedado
como si fuera una litografía.
Para siempre cerraste alguna puerta
y hay un espejo que te aguarda en vano;
la encrucijada te parece abierta
y la vigila, cuadrifronte, Jano