[España, 1981]
Escritora y abogada. Obtuvo una beca de creación literaria en la Fundación “Antonio Gala” (2005). Ha publicado trece poemarios, seis de ellos premiados en certámenes internacionales, entre los que destacan: La torre de las tortugas (Premio “Antonio Carvajal”, 2006), La estación de las Moras (Premio “Carmen Conde”, 2017), Libro de la nieve (Certamen “María del Villar”, 2017), La casa salvaje (Premio “León Felipe”, 2019), Palabra vegetal (Premio “Blas de Otero”, 2018), El hijo culebra (2020) e Hijos de Eva (2021). Poemas suyos han sido traducidos al inglés, francés y chino.
Poemas
A partir de aquí
romperemos los lazos visibles.
Mi cuerpo sobre la camilla
atraviesa un sendero blanco
de pestañas. Tu cuerpo con la vida
pendiendo del resultado
de un test de Apgar
no puede sentir el tacto
de mi piel, ni el recorrido de la noche
apaciguando la sed de sangre
que nos mutila el corazón.
Con un hilo de cordura,
apagada por la anestesia,
te llamo y el ruego
se torna en la oración
más serena, clara.
Luego cojo entre mis manos
el útero y lo exhibo, impúdica,
desafiando los límites de la entrega.
Del libro La estación de las Moras. Edit. Torremozas. 2017.
Madre, los almendros están en flor.
Esta mañana, mientras paseaba con mis hijas
hemos visto su explosión blanca y rosa.
Luego, los caballos han pateado
las flores en el barro de los adoquines.
Madre, cuando no estemos, los almendros
seguirán con su movimiento hacia el día.
Y las mujeres parirán insomnes.
Madre, he oído los gritos
blancos de esas mujeres.
Madre, he dejado a sus bebés
dormidos sobre sus vientres.
Algún día un mar de lápidas
vendrá por nosotros.
Los almendros seguirán en flor
y no tendremos ojos para verlos.
Del libro Hijos de Eva, Edit. Bajamar. 2021.
Mamá dice que de bebé me dejaba
llorar en la cuna. Escuece el llanto
como músculo. Mi llanto de bisturí
desgaja las articulaciones
de papá y de mamá. Y yo, expuesta,
me duermo como un himno gigante.
Mamá no viene y la cuna
es el cuerpo del sapo.
Del libro El hijo culebra. Edit. InLimbo. 2020.