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[Mar del Plata, Argentina]

Poeta. Publicó Alberta (2014) y Duraznos (2015). Es Profesora en Letras y becaria de investigación (Universidad Nacional de Mar del Plata). Es docente en secundarios. En 2016, obtuvo la Beca de Letras y Pensamiento del Fondo Nacional de las Artes. Distinciones: Mención 1er Concurso Nacional de Poesía de Rosario, por Un billete de mil australes encontrado en un libro de Carl Sagan; 2° Premio Municipal Osvaldo Soriano (2014); 2° Premio Provincial “Diagonal Literatura” de poesía (2016).  Participó en la Bienal de Arte Joven de Buenos Aires (2017).  

Poemas

EL NÚCLEO DURO

llegué a casa y estabas pegando un plato roto
un plato que yo rompí
ahora estoy sentada /  mirando una grieta en el piso
¿qué define la línea por donde se quiebran las cosas?

sorry, we could no calculate walking directions
from Hashima Island / porque Hashima Island
es tu versión extrema de algo que no querés decir
estás  / acorazada / en la misma frecuencia que una isla
abandonada / al sur de Japón / estás en una base
espacial instalada / en una galaxia distante
en un linfoma de hodking
no sabés si es un cráter o un cáncer
mirás tu cuerpo desde un telescopio
no ves si es un planeta o un fondo de pantalla
pero extraés un diagnóstico

así suena alguien que perdió su argumento
y está haciendo como si todo estuviera bien
alguien que ya no busca belleza
o amor / en  su vida con bordes borroneados
estás  demasiado enojada / en el límite de vos
tenés que soltar algo que no podés soltar
y escribís cosas abstractas
porque si conectás con sensaciones
te caés

este es el núcleo duro del poema:
el verano para siempre va a ser este verano
un verano en que tu cuerpo se cae en el baño
y no podés mentir: la nuestra es una lengua
de estados infinitos – this very sleeping child is getting me horny
la nuestra es una lengua de estados infinitos
this very hating moon is getting me hungry –
todo  para decir que siempre hay un núcleo
sobre el que se proyectan tus miedos y emociones

muévase cualquier cosa a cualquier parte
pero no se olvide que la nuestra es una lengua
de estados infinitos
porque el núcleo duro sos vos
el núcleo duro siempre vas  a ser vos
aunque quieras moverte
de ese lugar /siempre/ vas a ser vos
la vida va a ponerte en trances horrorosos
no- soportables / pero tu subjetividad va a seguir firme
y vas a cambiar tu criterio de soportabilidad / tu ego
aunque te duela va a sostenerte en pie / y sin embargo
la nuestra no va a ser / nunca / una lengua / de estados infinitos
porque un día
vamos a caernos en el baño
y no vamos a poder
decir nada más

Del libro Van llegando, Edit. Mansalva, 2017.

i.

que la tortuga estuvo conmigo
toda la vida / eso quise decirte
la tarde del desliz
pero el pasto creció sobre las vías y
el revoque de tu casa
se resquebrajó bastante antes
de que yo pudiera siquiera
articular la frase / después la seguí
en los diálogos imaginarios
había cambiado de nombre
mascullaba inglés mi tristeza
era quizás la misma / en verdad
algo nos complicó
no llegué a decir
la tortuga estuvo conmigo
toda la vida / lo dije en otro ritmo
como las piedras que
constituyen otra dimensión
si se las mira con paciencia
durante días meses años
a veces dicen algo pero
ahora soy una zombie
miro las cosas con sensualidad
retrospectiva no descarto volver a la vida
porque de la vida no me fui
por motivos banales
ahora duermo vestida
como una vagabunda o
como una guerrera
medieval y me quedo en la mitad
de la escalera de esta casa a medio terminar
no me sorprende: la muerte no es para un zombie
un motivo banal

Del libro Un billete de mil australes encontrado en un libro de Carl Sagan, Edit. Municipal de Rosario, 2018.

ii.

Entonces el agua no corrió durante mucho tiempo
y el pluvial dio lugar a otras cosas: una raíz verde buscaba
salir a toda costa. No había mucho que ver
del otro lado. Vos decías que sí o que no y ponías los labios
de una manera extraña. Quizás los músculos de tu cara
tenían vida propia. Se habían ejercitado demasiado en la tarea
de no guardarte nada. Yo imitaba tus gestos.
Sin saber repetía el movimiento. Cuando estabas alerta
concentrabas la tensión en los dientes.
Éramos muy difíciles pero no merecíamos
lo que estaba pasando. En algunos momentos
no querías decir más. Relajabas la boca
y nos comunicábamos como los animales
domésticos -un ladrido al pasar y volver de inmediato
a nuestra vida armada en otra especie.
El agua no corrió y las líneas de mi cara
se marcaron más fuertes. Mis gestos
ellos solos, ¿se gastaron?
¿desaparecieron? ¿Desaparezco yo
si nadie los conoce? No. No siento el movimiento
de la tierra debajo de mis pies pero tampoco
estás sintiendo vos en tu cabeza
como una gelatina
el baile silencioso en tu cerebro.

Del libro Un billete de mil australes encontrado en un libro de Carl Sagan, Edit. Municipal de Rosario, 2018.