Copyright Paz Errázuriz

(Chile, 1946). Poeta, cronista y artista visual. Conjuga opinión política, crítica cultural y reflexión sobre el lenguaje. Ha publicado, entre otros, La metáfora del luto nacional (1988), Sayal de pieles (1993), Maravillas Pulgares (2012), Venid a verme ahora (2013), Mi Lai (2015 y 2017-edición bilingüe). Tuvo la Beca John Simon Guggenheim (1997). Obtuvo el FONDART con un proyecto que rescata los discursos de mujeres en el Arte y en la política (2002 ). Primera mujer chilena en recibir el Premio Iberoamericano de Poesía ‘Pablo Neruda’ (2008).

ACERCA DE LUPANARES MIGRATORIOS, LA POETA LEYO EL POEMA QUE EL POETA (Q. E. P. D.), ESCRIBIO ESA SU UNICA Y ULTIMA NOCHE EN EL PUERTO Y LE RESPONDE AUNQUE YA NO ESTE.

A Néstor Perlongher

Olor a turbulencias corpóreas rasgó el olfato
con los brazos extendidos, allí pájaro
de argenta temblaba su glande y llámonos
“tías” para ahuyentarnos, y uac, uac,
respondieron las urracas al destemplado graznido de las
heridas plumas que perfilaban suave su caída ¡ Vaya
vacío! ornadas bolas tristes del fígaro,
en medio de un trino el gorrión palabrero
fundía lupanares migratorios,
negro en un blanco yermo,
nos miramos en mis crenchas vivas madreselvas gruesas
crines cruzaron el corazón, ahí en el puerto, puteros
chuscos y mandarines, – dije – olor a ñato y gañanes
los ojos fieros del queltehue lanzaron soplos,
a ratos opacos bríos, a ratos nervaduras de vieja
en las manos trepanaba el deseo, ahí sujeta al ala
con el chal lanudo pegado al cuervo, entresí,
las urracas brincaban alrededor, mirando carno
el entrepiernas,
mudos espectros del destino, aquí ni polvos mágicos,
sudor porando estrellas por si cae , al pie
mis pieses a tus pies pije
por si acaso,
las nubes estaban demás, nunca olvidaste que viste
ojotas en mis dedales finos, ah travesuras, lesuras, y todo por verte
en el lamar, ¡Abisinia Exibar! ¿Acaso puedes cambiar de marca?
tal vez ébano capilar del tambor o la resina
africana busca el confín agrietado del sin sentido
y ese marfil seco como si el tintineo amazónico
te hubiese chupado,
bienvenido a este puerto lupanar, donde chilla el dolor
del pujo, sino moco, sino gargajo, al dorado siútico del alambique. quiltra

 

Naciste pintada, Editorial Cuarto Propio, 1999