Con nombre de célebre escritor, en la calle Jorge Luis Borges el Bar El Preferido de Palermo abrió sus puertas a la poesía casi al finalizar el día. El clarinete de Mariano Gamba cortaba el aire en esta esquina del 1880, casi almacén, siempre alma cuando los poetas y parroquianos se fueron juntando a escuchar entre los manteles rojo y blancos.

A cargo de Fernando Noy la lectura discurrió en voces distintas como el cubano Miguel Barnet, el esbelto francés Raymond Bozier y la porteña Victoria Paulesu. Y por allí, quien sabe, quizás el fantasma de Jorge Luis, escuchara desde la esquina del pasado.