La poesía es una usina de arte

La poesía nace quizás antes que el arte. Nace en los ojos de los niños y las hojas de los árboles. Nace en el silencio del corazón cuando duele y la risa de la fiesta. Por eso que el VIII Festival de Poesía de Buenos Aires se despidiera en un sitio llamado Usina de Arte, en el tan emblemático barrio de La Boca, donde se amasó el misterio inmigrante del arribo, no es más que otra forma de sincronía poética.

Fue poesía Mestre y su bandoneón, Ramos Sánchez y su cena, Cantilo y su música rocanroleada, Noy y Zabala en su performance. Por eso todo fue poesía en esta última cita. Sobretodo en la voz de cada autor y su poema de despedida. Y luego todos dijeron adiós como se dice en el mundo poético: hasta siempre compañero.

Hasta el IX Festival decimos nosotros, los que ya empezamos a soñarlo.