Bar Británico, la impuntual pulsión de la poesía
Aunque era five o’clock en el Británico, no fue puntual ni con té el encuentro. A café y reloj porteño, impuntual, de tráfico trabado y poetas volando en subtes-colectivos-taxis, fue el encuentro. Entonces, un poquito tarde, pero no por eso menos a tiempo, comenzó a escucharse la poesía en la esquina de avenida Brasil y Defensa.
La música vino primero, el saxo seductor de Pablo Porcelli atrajo la atención de los presentes, incluido un niño pequeñito, todo asombro, que escuchaba sin saber expresar la emoción recién nacida. A la hora del poema participaron la joven chubutense Paulina Aliaga, con sus ojos de mar y su voz profunda; la porteña Susana Cella, con versos de varios de sus libros y la dinamarquesa Pía Tafdrup, con las conmovedoras imágenes sobre la muerte de su padre, que en su dinamarqués natal sonaban como cuchillos en la noche del dolor huérfano.
Acompañaron a estos poetas otros no menos queridos ni reconocidos. Entre el público conversaban Julio Salgado, Leonardo Martínez y Mónica Tracey, que diligente ofició de traductora de Pía Tafdrup.
Casi las 19hs cuando terminó la lectura. Y el café se hizo cerveza y el poema charla, hasta el próximo bar notable.
Gisela Galimi