CERREMOS la puerta
a las sombras que pretenden alcanzarnos.
Quieren llenar de escasez
el banquete cotidiano,
impedir el goce de los días,
el olor penetrante de la celebración.
Tienen un ejército
que ha vencido en más de una batalla
pero hoy,
hoy es nuestra la victoria.
Clausuremos,
cerremos aberturas, obturemos las rendijas,
no dejemos un resquicio por donde escape
esta luz generosa.
No toleremos que nos venza la tiniebla,
invada el territorio que hemos conquistado
y comience desde aquí
su expansión insaciable,
ensombreciendo las horas
que nos quedan por vivir.
Del libro El hombre que camina por los techos. Vinciguerra Hechos de Cultura SRL, Buenos Aires, 2018.
Crecí valorando los méritos de la suma.Lo importante era adicionar una profesión,una vivienda, un trabajo mejor.Las columnas tenían importancia cuanto más altas,la cantidad de ladrillos era un indiciode la solidez [...]
