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Copyright Maria Lenz

[Langenthal, Kanton Bern, 1965]

Después de completar su aprendizaje como albañil en 1984, estudió varios semestres Literatura Hispánica en la Universidad de Berna. Se convirtió en escritor a tiempo completo en 2001. Hoy en día, Lenz vive y trabaja en Olten, donde ejerce como dramaturgo, novelista, poeta y escribe regularmente  para varios periódicos nacionales y para la Radio Nacional Suiza.

Es miembro del colectivo de Spoken Word (performance poética) “Bern ist überall” (Berna está en todas partes).
Su novela Der Goalie bin ig (2010), escrita en suizo alemán y traducida en 11 idiomas, ha ganado  varios premios incluyendo el Schiller Prize de Literatura en 2011. Se adaptó como obra de teatro y se llevó también a la gran pantalla en 2014. Su segunda novela, Di schöni Fanny (2016), también ha estado en la lista de mejor vendidos.

Poemas

NICANOR Y NICANOR

Versos para un poeta y un recién nacido
(fragmento)

I.

Naciste en nochevieja Nicanor,
en noche de cohetes y petardos,
acabado el año, apareciste
como quien se presenta
con un calendario en la mano.

Año nuevo, niño nuevo
nada más simple que eso,
pudiste pensar y pediste
nada menos que calor, cariño
y lechecita de mamar.

Nicanor, apareciste avispado,
curioso, hambriento,
palidito, esbelto, vivo,
trasnochado y ojeroso.

Te pusimos nombre de poeta
pequeño y puro Nicanor,
esperando que no te incomode,
que no te asuste demasiado
aquel chileno despeinado.

Aprenderás que los poetas
no suelen amedrentar a los niños,
ni tampoco los niños atemorizan
al poeta bien envejecido.

Te llamamos Nicanor
esperando lo mejor,
provocando el clamor
de quien prefiere nombre simple,
para evitar complicaciones.

 

II.

La tarde en la que asomaste
tu cabecita peluda y morena
tenía un olor a invierno
ligero, fresco y tierno.

Ni cuatro horas tardaste, Nicanor,
en abordar en tierra firme
marinerito de agua dulce,
primogénito tan deseado,
retaco esperado con desesperación

¿Serás poeta como Parra?,
Nicanor de lengua pagana.
¿Querrás agarrarte a los vocables?
A sabiendas que las sílabas
no aguantan ser amarradas.

Pronto sabrás manejar
palabras y palabrotas
porque para ti Nicanor
aprender es coser y cantar
¿n’est-ce pas? – despabilado.

Aprenderás cada día enanito,
por observación y copiando
como copian los poetas
descaradamente negando
haber copiado jamás.

Se pícaro en lo que conviene
y generoso en lo demás
pero nunca seas tacaño
ni ovejita del rebaño,
ni dispuesto a hacer daño.

III.

Veintitrés días con su noches
Ibas ocupando, Nicanor, el planeta
cuando el viejo antipoeta
Nicanor Segundo Parra Sandoval
dejó de cantar y respirar.

Huérfano de tu tocayo
lloraste más que de costumbre
lloraste hondo y fuerte
como quien huele la muerte
al otro lado del mundo.

Aquel magnífico Nicanor Parra
flaco, centenario y noble
erguido como un roble
nacido en San Fabián de Alico
conservó su mirada de chico.

El maestro Nicanor
que fue distinguido señor
jamás a sus poemas
les añadía complicaciones.

Por eso hijito del cielo,
cariño, dulce caramelo,
entenderás los versos de Parra
que en casi todo lo que narra
habla con claridad.

Claridad que tanto aprecias
tú que naciste con ojos abiertos,
y con mirada de anti-bebé.

Tú que por curiosidad no duermes
ni de día ni de noche,
y ni siquiera viajando en coche.

Te mimamos niño precioso
porque el mimo nunca sobra
y velar es arte y obra
del hambriento y del curioso.

 

Poema inédito