Suma y Resta

Crecí valorando los méritos de la suma.
Lo importante era adicionar una profesión,
una vivienda, un trabajo mejor.
Las columnas tenían importancia cuanto más altas,
la cantidad de ladrillos era un indicio
de la solidez de los muros.

Y así los años. Y así la vida.

En un momento, sin que pudiera opinar,
advertí que me ganaba el ejercicio de la resta:
los días que caen como hojas de un viejo calendario,
los hijos que se van,
el horizonte que resulta menos distante.
Hoy, las columnas tienen valor por lo que sostuvieron,
los muros, la solidez de lo que cobijaron.

En fin, hablo de lo que mengua:
menos impulso en los trabajos por hacer,
menos terrenos por desmalezar,
y la senda que se irá angostando
(ya no por dificultades en la vista).

El minuendo y el sustraendo acercarán sus diferencias
y el resultado de esta operación
tenderá a un número menor
hasta que un día, con matemática exactitud,
alcance su objetivo
y devenga igual a cero.

Del libro Grafitis en la calle solitaria. Vinciguerra Hechos de Cultura SRL, Buenos Aires, 2020.