Vivir, dormir, tal vez soñar
Ellos no habían escuchado nunca hablar de Chuang Tzu. Y jamás hubieran entendido su angustia por pensar si no eran, en realidad, el sueño de la mariposa que creía estar [...]
Hurgar en las paredes, sentir tu rastro sobre el viento sin piel, sobre tu voz de sal muda y desconcertada. No resisto al llamado, oírte me perturba. Te nombro en el misterio fugaz de un movimiento. Besos, cardúmenes de peces tibios y dorados. Ágiles peces hembra se aprietan en tus flancos o tú contra ellos; tibios, revueltos. Inquietos peces hembra en el asiático noreste de tu desventura. Acontecer huraño y sólido sobre la primera mañana, con el sol desenfadado de mi sexo en el tuyo. Como el sentir desnudo e inasible de la piedra. Sólo algunos huecos en el centro preciso de la voz. Y yo, sedienta de palabras, no te escucho.
Del libro La falda de Jade. Edit La Chifurnia, El Salvador, 2017.
Written by: admin
labelOsvaldo Raúl Burgos today23 de septiembre de 2022
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labelKary Cerda today24 de septiembre de 2022
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