Discurso de apertura FIPBA 2022
Bienvenidas y bienvenidos al FIP Festival Internacional de Poesía de Buenos Aires en su edición número XVI. Hoy abrimos las puertas de casa para que nos visite la poesía, la poesía que no tiene fronteras, ni lenguas, ni sabe de guerras, desastres, hambre ni pobreza. “La poesía, ha dicho Rimbaud, quiere cambiar la vida. No piensa embellecerla como piensan los estetas y los literatos, ni hacerla más justa o buena, como sueñan los moralistas. Mediante la palabra, mediante la expresión de su experiencia, procura hacer sagrado al mundo; con la palabra consagra la experiencia de los hombres y las relaciones entre el hombre y el mundo, entre el hombre y la mujer, entre el hombre y su propia conciencia. No pretende hermosear, santificar o idealizar lo que toca, sino volverlo sagrado. Por eso no es moral o inmoral; justa o injusta; falsa o verdadera, hermosa o fea. Es simplemente poesía.
La palabra libertad en este refugio que hemos creado, alejado de los conflictos, dramas y el sinsentido que muchas veces nos provoca el mundo es para que esa palabra nos toque, de mil maneras diferentes y podamos pronunciarla y fundamentalmente vivirla.
La poesía atraviesa las bombas, el fuego, las batallas y nos atraviesa a nosotros, los que decimos con la palabra, a veces tan inmensa que nos abraza en un diálogo intercultural reuniendo todos los lenguajes y formatos más actuales, las diferentes estéticas, en suma apuesta por la inclusión.
También tenemos la Escuela Internacional de Poesía de Buenos Aires, que este año cumple su X edición, con talleres informales y con el propósito de ayudar a conocernos y a que los jóvenes puedan también acercarse a ella con curiosidad pero también con talento.
Siempre hemos creído que la poesía está en la calle, en la vida que sucede a cada segundo y nos produce ese movimiento o temblor que nos hace ser otra/o.
Para cerrar estas palabras de bienvenida, les digo a los poetas que asisten a esta edición y a los amantes de la poesía, haciéndome eco de Elizabeth Bishop que si después de leer un poema el mundo se parece a ese poema durante 24 horas, estoy seguro de que es bueno. La poesía, el mundo, ustedes nosotros somos una fiesta que la podemos bailar según el ritmo que escuchemos.
Aquí recordar a esta mujer valiente, Isadora Duncan, que no dice: Danzar es sentir, sentir es sufrir, sufrir es amar; Usted ama, sufre y siente. ¡Usted danza!
También reflexionemos que en la poesía existe un erotismo oral (“música bucal” lo llama el premio nobel irlandés Seamus Heaney), hay libido en las palabras, y a la vez el poeta es como un niño que balbucea. Estos dos condimentos suman para que la poesía tenga múltiples y hasta enfrentadas lecturas e interpretaciones.
Sí, por un lado –siguiendo a George Steiner- “la lectura es el menos pasivo de los empeños” y, por otro lado, “la poesía marca probablemente la cima de las posibilidades del ser humano”, de resultas nos da que el lector de poesía es casi como un atleta de la inteligencia y la sensibilidad.
Y esa lectura nos exige al máximo, nos lleva a contradecir al poema, a disentir, a pelear y amar al poema que se está escuchando o leyendo. Al poema, no a quien lo escribió.
Todas estas fuerzas interiores que se mueven durante la lectura o (en su versión bucal) la audición del poema, son las que a veces nos hacen resplandecer.
Por lo tanto, el poeta debe ser un transgresor, aunque esté en la Academia, el lector de poesía debe ser doblemente transgresor, debe escribir su propio poema mientras recibe los poemas de los demás.
Octavio Paz dijo que “la poesía debe ser un poco seca para que arda bien y de este modo iluminarnos y calentarnos” o El olvidado pensador francés conocido por su seudónimo Alain (Émile-Auguste Chartier) expresa que no hay que sacralizar a los poetas y que la poesía es amor, reverencia y transgresión.
Cuestionen todo… y recuerden como decía Emily Dickinson que el para siempre está hecho de muchos ahoras.
Bienvenidos/as al XVI FIP Festival Internacional de Poesía de Buenos Aires, República Argentina.
¡Viva la poesía por mantener vivas las palabras de la tribu!
Graciela Aráoz
Directora General
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 12 de octubre de 2022
